De este paisaje, de estas gentes y de estas tierras nació la cocina castellano – leonesa: una cocina fuerte, sustanciosa, que hermana lo mejor de la agricultura con lo mejor de la ganadería: huerta y carnes, vinos y quesos; todo ello arropado por la extraordinaria dulcería popular de conventuales recetas.
Pucheros y potajes, gran variedad y abundancia de nuestros cultivos. Las Sopas de Ajo de Muriel de Zapardiel; La Tranca de Fresno o El Aguinaldo de Serrada.
Vivir la comarca es dejarse llevar por los aromas de las guisanderías, es adentrarse en las hornadas para deleitarse con los asados de lechazo y cochinillo de Alaejos, Fuente el Sol y Brahojos, empleando aun hoy en día los hornos de barro a fuego lento.
“Tres días hay en el año que se llena bien la panza, Nochebuena, Nochevieja y el día de la Matanza”
“La Matanza”, tradición centenaria extremadamente arraigada en nuestra cultura que suponía el poder disponer de carne sin necesidad de ir a cazar. Es una forma de recordar viejos tiempos y rememorar los pasos que se dan desde que el marrano sale de la cochinera, cogerlo, matarlo, chamuscarlo, rasparlo, sacar el vientre, cogerlo, destazarlo, para con ello hacer los famosos embutidos y jamones de El Carpio, el chorizo de Cervillego de la Cruz, Lomoviejo o Ramiro, el farinato de Fresno el Viejo y las morcillas de Ataquines o San Vicente del Palacio elaboradas generación tras generación.
Zonas de señorío feudal y de asentamientos monásticos, sus conventos eran fábricas de grandes cocineras y los deliciosos dulces que ahí se confeccionaban hasta hoy, forman parte de la repostería tradicional, circunstancias que conllevan grandes dosis del arte del buen comer y del buen beber.
Pelusas y Rosquillas de Nava del Rey, las Cocadas de Medina del Campo y las típicas Pastas de Pozal de Gallinas o Torrecilla de la Orden. Como postre de postres, el queso: La Mancomunidad es tierra de quesos. Una de las mayores productoras de leche de oveja, de cabra y de vaca en España.
La trashumancia tuvo decisiva importancia en el desarrollo de la industria del queso; son, en general, duros, de larga maduración, aroma muy desarrollado, sabor fuerte y mantecoso, quesos blandos, semicurados, curados… destacando sin duda alguna los quesos puros de oveja elaborados artesanalmente en El Carpio, Serrada, Campillo y Castrejón de Trabancos.
Siendo el colofón nuestros caldos, con Denominación de Origen Rueda, elaborados con uva verdejo que habita desde hace más de diez siglos en nuestras tierras. Destacando los blancos de La Seca, Rueda, Pozaldez, Serrada y Villaverde de Medina determinados por su aroma y sabor, con matices de hierba de monte bajo, con toques afrutados y una excelente acidez, provocando en boca un destello de originalidad.