La campiña sur de Valladolid representa uno de los paisajes más característicos de la provincia, sin duda alguna influido por la marcada continentalidad de su clima mediterráneo.
Bañada por los ríos Zapardiel, Trabancos, Adaja, Eresma y Cega, todos ellos afluentes por la margen izquierda del río Duero, presenta amplias zonas de pinares, pero con llanuras deforestadas, resultado de una implacable actividad humana que ha generado un paisaje profundamente transformado: campos agrícolas, principalmente de cereal, sirven de marco natural a innumerables pueblos.
Estos cambios dieron lugar a la concentración de una variada comunidad de plantas y animales propiciando que los cultivos de cereal, los pastizales y los pequeños humedales, fueran un medio favorable para numerosas especies.
La mayor parte de los campos agrícolas del sur de Valladolid estuvieron cubiertos por extensos bosques mediterráneos, principalmente encinas y quejigos, pero la intensa actividad agrícola y ganadera los redujo a pequeñas manchas que han dado hoy a amplias zonas de cultivo.
Los pequeños roedores como ratones, musarañas o topillos son muy abundantes, pero sin duda alguna el mamífero más representativo es la liebre ibérica, sabiendo adaptarse perfectamente a estos campos. También se pueden encontrar excelentes cazadores como el zorro o las rapaces, que tienen una importante presencia: ratoneros, milanos, cernícalos, aguiluchos, lechuzas, mochuelos, etc. El aguilucho cenizo es sin duda el más representativo al nidificar en los campos de cereal.
No podemos olvidarnos de las aves esteparias, como sisones, ortegas, alcaravanes y gangas, aunque es la avutarda, la reina indiscutible de las llanuras cerealistas. A finales del invierno y en la primavera tiene lugar uno de los espectáculos ornitológicos más impresionantes que se pueden observar en los campos agrícolas españoles, las conocidas «ruedas de avutardas».
Las características hidrogeológicas de las campiñas del sur del Duero, han originado una extensa red de humedales en los campos del sur de la provincia de Valladolid. Diseminados en el paisaje, aparecen cientos de lagunas, lavajos, bodones o charcas, agrupados bajo la catalogación de lagunas esteparias. Se trata de lagunas poco profundas con caudal temporal.
Alrededor de las mismas se concentra una variada fauna acuática: tritón jaspeado, gallipato, y diferentes especies de ranas y sapos como la rana común, sapo corredor y sapo común.
Tampoco se puede olvidar que en estos campos se encuentra la única población invernante de grullas de la provincia, que desde noviembre a finales de febrero proporcionan todo un espectáculo en la llanura cerealista.
Dentro de la Ley de Espacios Naturales de Castilla y León en su catálogo establece nueve zonas húmedas en la provincia de Valladolid, así se encuentra en la comarca sur de Valladolid el Lavajo de Las Lavanderas en Carpio.
Además otros tres humedales se encuentran catalogados en el término municipal de Medina del Campo: Lagunas Reales 2, Lagunas Reales 1 y Lagunas de Medina del Campo.
Las escasas masas forestales de encinares y pinares que aparecen diseminados por el sur de la provincia de Valladolid son otro de los medios diversificadores del paisaje de estas comarcas. En la actualidad, estas pequeñas manchas arboladas son junto con los bosques de ribera, el único exponente forestal de las campiñas del sur del Duero. La mayor parte de los bosques era encinas, pero ahora los terrenos arenosos son apropiados para los pinares obteniendo diferentes recursos tales como la resina (pino resinero), piñones (pino piñonero) y madera. Las principales masas forestales se encuentran en Nava del Rey (Pinar de la Nava), Foncastín (Pinar de Valdegalindo) y El Campillo (Pinar de El Campillo).
También hay que destacar los «pinares islas», reducidas manchas arboladas en ocasiones de pequeñas extensiones diseminadas entre los campos de cultivo de la llanura cerealista. Algo excepcional son los bosques milenarios de piñoneros y alcornoques, que existen en Foncastín. En este alcornocal, perfectamente aclimatado, aún se recoge el corcho. Este árbol es muy raro en la provincia de Valladolid por lo que esta mancha representa el único exponente de cierta identidad en la provincia.
El contrapunto al pinar lo ponen los viñedos. El cultivo de la vid se centra en núcleos como Rueda, La Seca, Serrada y Nava del Rey, que proporcionan los vinos bajo la D.O. Rueda.
Áreas Recreativas como la de Colagón, en Villanueva de Duero, con mesas, bancos, juegos infantiles, fuente, parrillas, a 2 km. Próxima a un río.